domingo, 25 de noviembre de 2018

Nacho contra un regimen.


Nacido en la caribeña ciudad de Lecherías, al Oriente Venezolano, Miguel Ignacio Mendoza Donatti o mejor conocido como Nacho, desde muy pequeño se forjo de un espíritu guerrero, aquel que no solo le permitiría a este sonriente soñador abrirse paso en el mundo de la música, sino también ser una voz para aquellos que no tienen voz.

Dueño de una voz inconfundible, Nacho, como le dicen cariñosamente sus amigos, es un espíritu libre, aquel que vive y respira por la libertad, aquella que no solo pasa por la capacidad de componer sus propias letras y melodías, sino también en expresar lo que siente sin tener miedo que lo censuren, en ser crítico sin ser perverso, en ser diferente sin que esto sea la condena más injusta, así es Nacho, un espíritu al aire libre.

Libertad que no solo le ha permitido hacerse con una personalidad única, sino también con un espíritu democrático, aquel que es capaz de entender que las diferencias son tan necesarias como el aire que uno respira, que no todo es blanco y negro, sino también existen matices, Forma de vida que lo ha llevado a convertirse en uno de los activistas más críticos al gobierno Venezolano, aquel que en medio de una fuerte censura y una profunda crisis económica ha impulsado que más de un centenar de jóvenes hoy se vean obligados abandonar sus hogares en busca de nuevas oportunidades.

Situación que ha impulsado al intérprete de “Báilame” a no solo componer canciones de protesta, sino también a participar en actividades de calle, donde entre bombas y detonaciones este pequeño pero aguerrido exponente ha demostrado que cuando se siente una bandera no existen barreras para luchar por ella.

Posición que le traído un sin número de consecuencias, desde ser anulado su pasaporte, sin razón aparente, hasta recibir fuertes amenazas de sus adversarios de pensamiento.

Aunque su música no tiene el contenido de un Silvio Rodriguez, Nacho es hoy por hoy, un sinónimo de libertad.

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