De Pastor a Rey del Reggaeton.


Dicen que cuando se siente el llamado de Dios no hay nada, ni nadie que pueda contra ello y aunque en el género urbano existe un sin número de historias, de exponentes que de la noche a la mañana decidieron dejar los caminos de la música para comenzar a obedecer al señor, parece que Don Omar es un caso en contrario.

Nacido en Villa Palmera Puerto Rico, William Omar Landrón Rivera, desde joven siempre fue un soñador, de aquellos que pasaban largas noches desde su cálida cama imaginándose una y otra vez como seria presentarse en uno de los escenarios más importantes de su isla, el Coliseo de Puerto Rico, aquel que siempre había soñado con visitar.

Aunque la música estaba entre sus primeras prioridades, para el Hijo de Toñita, el destino tenía preparado algo muy distinto de lo que tanto anhelaba. Fue así, como una tarde cualquiera, William, como es su nombre de pila, sintió que Dios tenia deparada para él una importante misión, de aquellas que uno difícilmente se podría negar.

Desde ese momento, aquel joven soñador, cambiaria lo que era por lo que Dios tenía preparado para él, las horas de juego se convertirían en cálidas tardes de lectura, las ritmas ahora eran los vesiculosa más impactantes de la biblia, la vida de William había cambiado. Inspirado por Dios, este joven soñador comenzaría su andar por los caminos del señor, sin imaginarse que años mas tarde la vida le tendría preparada una sorpresa.

Tarde a Tarde, el nacido en Villa Palmera, en medio de un hogar donde las carencias eran el tema del día, se iba involucrando más y más en las labores de la iglesia hasta que un día, sin esperarlo terminaría convirtiéndose en uno de sus pilares, William ahora era su máxima referencia, era pastor.

Dueño de un testimonio, capaz de hacer reflexionar hasta la persona más pecadora, William seguía los pasos de su ídolo religioso Marcos Witt, el impacto del señor era notable, su vida había cambiado y cuando todo parecía un mundo ideal, el destino tenía deparada una sorpresa. Aquel joven que dedicaba cada una de sus predicas para alabar el señor sentía que algo más faltaba en su vida, la música era el remedio, para calmar sus impulsos, el entornar versos al ritmo del Rap era más que una pasión, era la profesión con la cual quería vivir toda la vida. En ese momento, William toma la dura decisión de apartarse por un instante de los caminos del señor para comenzar a vivir un sueño que hoy lo llevaría a la fama.

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Hellya

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