Parece que en el pasado quedaron los tiempos, donde para enamorar a una mujer hacía falta más que ser bien parecido, el romance era el camino para llegar al corazón de una dama, las flores se combinaban con los detalles más esplendidos, las canciones eran el acompañante ideal para despertar las emociones más puras, el amor se podía sentir en el aire.
Aunque los tiempos han cambiado y la modernidad parece ser el principal enemigo del romance, un dúo de hermanos se ha dado la tarde de revivir la esencia del amor, aquel sentimientos que todos somos capaces de sentir pero que pocos sabemos cómo expresar.
Crecer en un hogar donde el arreglo de las cuerdas daba origen a las melodías más románticas y donde las metáforas le daban la vida a la historia de amor más épicas, marcaria sin lugar a dudas, la personalidad y destino de Manuel y Julián, dos hermanos que desde temprana edad quedarían atrapados por la música, aquella pasión que llevarían en la sangre por su Padre, un compositor empírico.
La Música siempre estuvo en la vida de estos dos jóvenes soñadores, sobre todo por la vena de su Padre, quien en una navidad le regalo a Julián una guitarra y Manuel un micrófono, desde ese momento, ambos hermanos sintieron una atracción musical que duraría para toda la vida.
Julián desde pequeño veía como su hermano tomaba clases de guitarra en la intimidad de su hogar, aquella capacidad de crear melodías con tan solo el sonar de las cuerdas sobre dedos lo enamoraría, la pasión era tal que no podía dejar de cantar a su lado, la música lo transportaba a un paraíso ideal.
Atrapados por la música, Julián y Manuel comenzarían a darle vida a sus sueños, canción a canción comenzarían a escribir temas destinados a permanecer en el tiempo, de aquellos que son difíciles de olvidar.
En uno de esos viernes en la noche donde todo joven aprovecha para compartir con sus amigos o sencillamente para estar con el amor de su vida, Manuel y Julián atrapados en su hogar, sin poder salir, comienzan a componer un tema acompañados de un pequeño Ukelele, instrumento con el cual ambos hermanos se imaginan como seria estar enamorados y tener la oportunidad frente de ellos decirle a la mujer que aman todo lo que en su corazón se encuentran guardado.
En esa noche, nace ‘Una lady como tú’, un tema que desde la primera vez que escucharon sabían que habían grabado algo grande, algo que se podía bailar y de la misma forma dedicar, Desde ahí, empezaron a explorar esa identidad y les gustó el aire refrescante que le da el ukelele al género urbano.
Aunque han pasado casi cuatro años desde ese dulce momento, lo hermanos Turizo recuerdan con cierta nostalgia ese instante, aquel momento donde harían realidad su tan anhelado sueño.
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