lunes, 17 de junio de 2019

Don Omar un amante de la libertad.


Dentro de la esencia del ser humano siempre hay un anhelo de libertad, aquella facultad o derecho que poseen los individuos para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad.

Aunque muchas veces la libertad está condicionada a las normas y leyes que impone una sociedad, el anhelo de ser libres, de tener la posibilidad de elegir qué camino seguir, de tener la oportunidad de que corriente religiosa vivir, puede más que cualquier ley que el hombre pueda elaborar.

En esa búsqueda de ser libres, de decidir su propio futuro, William Omar Landrón Rivera, tiene todo un PHD, salido de las calles, donde la mayoría de los jóvenes son condenados a las drogas y a la delincuencia, donde las oportunidades son tan escasas como las buenas intenciones, donde la balas se consiguen más que los libros, William, desarrollaría, desde temprana edad un espíritu guerrero.

Aquel que lo llevaría a desafiar a la industria de la música, en el momento de mayor auge del mercado anglosajón, aquel que lo llevaría a colgar los hábitos ante la fija mirada de sus familiares, aquel que lo llevaría a levantar la bandera del Reggaeton, en tiempos donde sus exponentes, eran igual o peor perseguidos que los delincuentes más buscados en la historia de la humanidad.

Aunque la vida da muchas vueltas y las decisiones que hoy tomes pueden ser cambiadas, en un giro de 180 grados, para el intérprete de Bandolero, la Libertad es un derecho innegociable.

Es por ello, que ha sido, el exponente urbano que más se ha sumado a la lucha de la libertad de Venezuela, país que en momentos de abundancia, fue el hogar para un sin número de inmigrantes que obligados a dejar sus raíces, vieron en la nación de las ocho estrellas, un lugar para comenzar de cero.

Venezuela para Don Omar, no solo es un país más, es la nación donde su música fue aceptada en sus inicios, donde la melodía de sus canciones era interpretadas por millones de personas, donde se ganaría su primera orquídea, donde haría su primer millón de dólares, donde sus temas eran el puente para conquistar millones de corazones, donde comenzaba a ser referencia de éxito.

Aunque por sus venas corre vena Puertorriqueña, Don Omar ama a Venezuela, tanto como el primer amor de primavera, es por ello, que se ha convertido en un vocero de su libertad, de denunciar la grave crisis económica que ahí si vive.

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