Antes que aparecieran en la escena musical, nombres como Bad Bunny, Anuel AA y el mismo J Balvin, había un intérprete que con sus poderosas liricas cargadas del más genuino sentimiento, era el encargado de engalanar, los escenarios más importantes de todo el mundo.
Proveniente de un hogar, de escasos recursos, Efraín David Fines Nevares o mejor conocido mundialmente como Tito El Bambino aprendería, desde temprana edad, el verdadero significado de la palabra sacrificio.
Criado en Carolina, una ciudad ubicada a escasos 50 Kilómetros, de San Juan, la Capital de Puerto Rico, Efraín, crecería en una familia donde la palabra de Dios, estaba presente todos los días.
Para el pequeño Bambino, la música, siempre fue su gran pasión, aquella a la cual no podía renunciar, por más difícil que fuera el panorama, una pequeña cochera, sería el lugar, donde este carismático interprete edificaría su estudio, aquel donde pasaría gran parte de sus días.
Impulsado, por llevar sus letras, a todos los rincones de su isla, el pequeño guerrero, comenzaría, desde muy adolescente, su andar por la música, aquella que casi abandonaría por el nacimiento de su hija.
Cuando apenas cumplía los 16 años de edad, Tito, recibiría una noticia, que le cambiaria gran parte de sus días, su novia, para ese entonces, había quedado embazada y aquel pequeño gigante que soñaba con convertirse en una estrella de fama mundial, el mundo parecía venirse abajo.
Ahora, con una responsabilidad bajo sus brazos, Efraín, comenzaría a ver la vida de una forma distinta.
Con el apoyo de sus amados Padres, Tito saldría adelante, con una hija bajo sus brazos, aquel niño que jugaba en el cuarto de su hermana con ser cantante, comenzaría un recorrido musical, que lo llevaría a convertirse, en uno de los pilares más importantes en el género urbano.
Con varios Premios en su Studio, un sin número de nominaciones a los Grammy, con más de un millón de discos vendidos en todo el Mundo, Tito El Bambino, es un ejemplo, de que querer es poder.
0 comentarios:
Publicar un comentario