Su voz, tiene la capacidad de transportarnos a un mundo, donde las guerras, las fronteras, las religiones, parecen ser un solo un mito, sus canciones son el mejor antídoto para cada uno de los males, sus letras son luz, en medio de tanta tempestad y aunque su nombre es poco conocido, en una industria musical que busca rejuvenecerse cada vez más, Aníbal Morín Díaz, es una estrella en el firmamento.
Proveniente del país, reconocido mundialmente por ser la cuna de las mujeres más bellas, donde sus fantasiosos paisajes son capaces de mezclarse con la magia de la ciudad, donde sus playas se esconden detrás de la majestuosidad de sus montañas, donde su gente, es tan amena como el canto de los pájaros en primavera, así es Venezuela.
Nacido en el seno de una familia, de clase media, Aníbal o mejor conocido en el mundo de la música, como Nibal, es un joven soñador, de aquellos que pasan la mayor parte de sus días, soñando una y otra vez, como seria ganarse los corazones de los seguidores más fieles, aquellos que lo han acompañado, desde los inicios de su carrera.
Dueño de un estilo único, aquel que es capaz de combinar la esencia del genero urbano, con ritmos como el Pop, la Balada, R&B, dándole así, una frescura, inusual a cada una de sus letras.
Con temas como “Veneno”, “Deseándote”, “Hight” junto a sus colegas Omar Koonze, Skinny Happy, “Dejame llevarte” en compañía de la talentosa Corina Smith y “Cuando amanezca” junto a Danny Ocean, Feid y Justin Quiles, Nibal busca apodarse de tus oídos.
Para este talentoso compositor y cantante venezolano, esto solo es el inicio, de muchas cosas que están por llegar a su carrera, aquella que ha ido construyendo paso a paso, con canciones alejadas de los matices sexuales.
A sus 29 años, el que por muchos años fue violinista de la Orquesta Sinfónica, apuesta junto a su compañía Warner Music a un proyecto que no tiene fronteras.
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