Antes, que saltaran a la fama nombres como: Dyland & Lenny, Rakim & Ken Y, Nova & Jory, Jowell & Randy, Chino & Nacho, antes que plataformas digitales como Spotify, Deezeer, Shazam, ITunes, Tidal, Pandora aparecieran, antes que listados musicales como Billboard, American Music Charts y los National Report voltearan sus ojos al Genero urbano, antes que Premios como Billboard, Grammys, Lo Nuestro, Juventud consideraran al Reggaeton como un movimiento musical digno de ser nominado junto a otras corrientes musicales, hubo un dúo, que a pesar de no durar mucho tiempo, fue capaz de dejar una huella imborrable en la historia.
Nacidos, en la concurrida ciudad de Nueva York pero residenciados, desde temprana edad en las mágicas tierras de Puerto Rico, Austin Agustín Santos y Rafael Castillo Torres, protagonizarían, uno de los dúos más completos y añorados en la historia del género.
Capaces de desplazarse con facilidad sobre cualquier pista y tonada musical, tanto Arcángel y De la Ghetto, dejarían a un lado, un pasado lleno de limitaciones para juntos construir un futuro, lleno de bendiciones, aquellos del cual pudieran sentirse orgullosos sin esconder la cara.
Proveniente de caseríos tan distantes, como la Calma y la Perla, estos dos jóvenes soñadores, se conocerían de la forma más atípica, cuando amigos que tenían en común, los presentarían, sin saber que años más tarde se unirían como dúo.
Con estilos similares y unas ganas de comerse el mundo, notorias, Austin como Rafael, unirían sus voces, en un proyecto musical que desde el primer momento en que tuvieron la oportunidad de conocerse, estaban destinados hacia el estrellato.
Transcurrirá el año 2005 y el mundo conocería, con el tema “Traficando a mi manera” el dúo urbano, más versátil y completo que ha visto la industria de la música urbana, en su historia, aquel que era capaz de rapear y entonar, en cuestión de segundos.
Reconocidos, desde los caseríos más poblados de Puerto Rico, hasta lo más distantes Arcángel y De la Ghetto comenzarían una aventura música que vería en el tema “Ven y pégate”, el punto más cumbre en su carrera.
Parte del contenido musical de Sangre Nueva, aquella producción apadrinada por Héctor El Father, que presentaría al público, una constelación de nuevos artistas con exponentes urbanos de cierta trayectoria.
Con conciertos masivos, con el respeto del público, con giras por varios países de América Latina, en tiempos de expansión del Reggaeton, Arcángel y De la Ghetto, lograrían, en tan solo un año dejar una huella profunda en el género, aquel que lloraría su adiós, cuando por diferencia entre sus equipos de manejos y ellos, el dúo se separa.
Por caminos separados, pasarían varios años, para que ambos se volvieran a encontrar pese haber entre ellos una relación y una química, inquebrantable.
Hoy, cuando han pasado varios años, desde su separación, ambos exponentes preparan su regreso a los escenarios.
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