Transcurría el año 2013 y Carlos Castillo Cruz y Julio Manuel González Tavarez, vivían uno de los momentos más dulces, en la carrera de cualquier artista, estrenar un nuevo Album, aquel, donde temas como “Pégate Más”, "Sin Ti (I Don't Want to Miss a Thing)" junto a Pitbull & Beatriz Luengo y “El Juego” en colaboración con Cosculluela, salían en una compilación, donde el más poderoso sabor latino, se fusionaba con las letras más sensuales, en una producción nunca antes vista.
Con el éxito, tocando con fuerza las puertas de su hogar, con los medios, sobre su regazo, con una fanaticada, cautivada con su majestuoso juego de palabras, Carlos y Julio, sentían que podían tener el mundo a sus pies, aquel que tantas veces, los vio jugar en las canchas de su barrio.
Ilusionados, por el impacto que causaban sus canciones en la vida de millones de personas, en todo el mundo, cautivados, por la forma en que sus fanáticos coreaban sus interpretaciones, en cada presentación, el dúo que emergió desde la clandestinidad, para llenar un vacío que por muchos años lucia desolado, estaba perfilado, a convertirse, en el dúo tropical más importante, en la Historia de la música latina, pero parece que el destino tenia deparada una sorpresa, que ni Carlos, ni Julio Manuel, podrían imaginarse.
Descubiertos, por uno de los dúos de productores de mayor impacto a nivel global en la última década, Dyland & Lenny se presentarían por primera vez ante el público hispano, en el tema “Huele a Rosa”, perteneciente a la producción que llevara por nombre Luny Tunes presents: Calle 434, un disco que contaría con la participación de jóvenes y destacados exponentes de escena urbana para la época, como: Arcángel, Erre XI, Chelion, Jadiel, Daddy Yankee, Joey Montana.
Con dos producciones exitosas, en su haber, Dyland & Lenny estaban destinados a convertirse en los herederos del trono de Wisin & Yandel y cuando todo parecía ser un cuento de hadas, las diferencias y la falta de visión musical llevarían a este mágico dúo a tomar la difícil decisión de emprender caminos, por separado.
Entre miedos, dudas, incertidumbre, las ganas de continuar en la música, disiparían esas tormentas de tórridos pensamientos y de cuestionamientos, Carlos Castillo Cruz, sentía, que debía continuar con sueño, pese que los nuevos comienzos, muchas veces no son nada fáciles de afrontar.
Alejado, de su compañero de aventuras, distante del que por muchos años fue su sostén, en los momentos más difíciles, el nacido en un popular caserío de Puerto Rico, presentaría, su primer single como solista, bajo el nombre de “Llego la Noche”, un tema con el cual seguía con el mismo estilo que años atrás lo llevaría a los más importantes premios en la industria de la música, como dúo de Lenny.
Con una propuesta rica en ritmos tropicales, Dyland apuntaba con convertirse en toda una sensación en el género urbano pero lo que pintaba ser una de las carreras más ascendentes en la historia del Reggaeton, se estancaría entre un sonido monótono, incapaz de adaptarse a las nuevas corrientes musicales que impulsaban otros colegas del género.
A pesar, de no cumplir con sus expectativas, Dyland seguiría probando suerte con temas como “Soy de Barrio”, “Primera Vez”, “Pa Mi”, sin alcanzar el mismo éxito, parecía que su estrella se había apagado.
Cabizbajo y con más dudas que certezas, Carlos Castillo, tomaría la decisión de radicarse en Perú, para darle un nuevo giro en su carrera, firmado por en Minka Records, el ex Dyland & Lenny tomaría la decisión de cambiar su nombre artístico a D11land para iniciar una nueva etapa musical.
Alejado, del que sonido por el cual millones de personas lo conocieron, en sus inicios, D11land, comenzaría a elaborar canciones con un claro mensaje social, aquel que tanto hace falta en estos tiempos.
Con su disco Iluminado, como punta de lanza, en un proyecto que apenas comienza, Carlos, ha encontrado una paz, que no la compran los millones en la industria.
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