República Dominicana, no es solo reconocida, por su exuberantes playas que rozan la imaginación, ni por sus paisajes que parecen haber sido sacados de un cuento de hadas, sino por ser la tierra, donde un sin número de cantantes, han logrado emerger desde la clandestinidad de los barrios a la conquista de la industria.
Proveniente del país, que ha visto nacer, en 48.442 km² de isla, a intérpretes tan importantes, en el mundo de la música como el angelical Juan Luis Guerra, el inconfundible Wilfrido Vargas, el indomable Eddy Herrera, el Histórico Johnny Ventura, Erickson Fernández o mejor conocido en el medio artístico como Mozart La Para, ha logrado levantar la Bandera Dominicana, por todo el mundo.
Dueño de un estilo que es capaz de combinar la sabrosura de su isla, con otras corrientes musicales, el nacido, en el popular Barrio las Minas de Santo Domingo, por más de 15 años ha logrado posicionar un estilo, una forma de cantar, en el plano internacional, aquel tan difícil de llegar para cualquier exponente que quiera explorar suerte, en un género urbano, dominado los Puertorriqueños y ahora por los Colombianos.
Con una carrera artística que inicio a los 12 años, Erickson, como es su nombre de pila, pasaría varios años en la sombra, a la espera de una oportunidad, aquella que luego de tantas caídas y momentos para no recordar, llegaría 10 años.
De un hogar, donde la crianza Militar marcaría sus primeros momentos de vida, Mozart, encontraría en la música, la profesión, a la cual quería dedicar cada uno de sus días. Tímido, en su adolescencia, este cantautor de alegre sonrisa, dejaría el alma, vida y corazón, en abrirse paso, en una industria plagada de miles de talentos pero con pocas oportunidades.
Serian tiempos de mucha confusión y emoción, en su vida, aquel joven que combinaba sus Mañanas en la Universidad, con su trabajo en una tienda de repuestos, vería como todo su dinero se iba para su primer gran amor, la música.
Por momentos, ilusionado y en otros, bastante desmotivado, Mozart, tendría que batallar con los problemas propios de un artista en crecimiento, en un lugar, donde las libertades y oportunidades, están condicionadas. Aquel joven, lucharía contra viento y marea por alcanzar su más preciado sueño, aquel que tendría en el furor de las calles su primera gran escuela.
Poseedor de una lírica capaz de derrumbar al boxeador más profesional, Mozart comenzaría abrirse paso en el mundo del freestyle, aquel lo llevaría a participar, en el colectivo musical Carga Pesada.
Como integrante de Carga Pesada, duraría varios años, aquellos que lo llevarían a componer, la mayoría de los temas de esta agrupación que luego de un sin numero de rumores, diría adiós.
Bajo la figura de Solista, La Para, irrumpiría con mayor fuerza en las batallas callejeras, aquellas donde su verbo cargado de sabrosura y un manejo correcto de las ritmas, lo llevaría a protagonizar, desafíos icónicos, aquellos que llegarían en la forma de Freestyle.
Como finalista de la Batalla de los Gallos del año 2008, Mozart lograra alcanzar la fama internacional, aquella que se vería reflejada en gira por países de América Latina y Europa, donde su estilo y forma de cantar, lo haría el exponente dominicano de mayor impacto en la cultura europea.
Con un reconocimiento en sus espaldas, la filial Latina del rapero americano Jay Z, se figaría en su talento, al punto de firmarlo, en su compañía Roc Nation, haciéndolo el primer exponente de nacionalidad dominicana en alcanzar un acuerdo internacional con una disquera americana.
Ganador por sexto año consecutivo el “Premio Soberano del Público”, con colaboraciones con artistas como: Sharlene Taule, Nacho, Farruko, Sean Paul, Cazzu, Jowell & Randy, Sech, Farina, Mozart La Para, es una verdadera muestra de que cuando se tiene un sueño, no hay nada, ni nadie que pueda contra él.
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