A lo largo de la Historia, la industria de la
música, ha sido testigo del nacimiento de nuevos talentos, aquellos que han
emergido, desde los lugares más remotos, hasta las ciudades más pobladas,
aquellos que han nacido, en diferentes épocas y momentos de la historia,
aquellos han enamorado a miles de fanáticos en todo el mundo y otros que
sencillamente han sido capaces, de levantar la bandera de protesta, ante las
adversidades de un sistema, que predomina los intereses de unos pocos, sobre la
gran mayoría.
Nacida en el seno de un hogar, donde las
carencias económicas eran suplantadas por el amor más grande que en una familia
se puede dar, Natalia Alexandra Gutiérrez Batista, crecería, en medio de un
entorno familiar, bastante convencional, aquel donde su sueño de convertirse en
una destacada cantautora, parecía está lejos de ser una realidad que ella
pudiera palpar.
Alegre la mayor parte del tiempo, carismática
con cada persona que la rodeaba, Natalia, lograría ser el centro de atención de
un hogar, donde el amor por sus Padres, la llevaría a ser, desde temprana edad
una niña, bastante independiente.
Con una dulzura, capaz de derretir el corazón
más helado, con una sonrisa, capaz de abrir el lugar siempre cerrado, la más carismática
de la familia Gutiérrez, encontraría en el mundo de la música, su primer gran
amor, aquel que llegaría a su vida a través de un universo de melodías, para cambiar
cada uno de sus días.
Estudiante de Escuela de Bellas Artes de
Santiago de Caballeros, aquel lugar donde entre tonadas musicales, acordes y letras, daría sus
primeros pasos en el mundo de la música, Natti, desarrollaría un amor tan
grande por el canto que la llevaría a desafiar a sus mismos Padres, al formar
parte de diversos grupos musicales de su Barrio.
A escondidas de sus progenitores, aquella
adolescente de mirada cautivante y de voz celestial, formaría parte de
agrupaciones, como D'Style y corista del grupo Ingco Crew, donde participaría
en algunas canciones como “Chocolate”.
Radicada en la fría y multicultural ciudad de
Nueva York, lejos de la gente que amaba, sin conocer el idioma, al cual poco
hablaba, entre la clandestinidad que la falta de legalidad su situación daba,
Natalia, viviría uno de los momentos más amargos de su carrera, aquella que se vería
reflejada en una Factoría, donde su talento no brillaba y en un cuarto de
hotel, donde apenas para la renta alcanzaba
En las peores circunstancias, Natti, seguía grabando
en diferentes estudios, aquellos, donde de la forma menos esperada, conocería a
Don Omar, aquel intérprete que cambiaría para siempre, la realidad de cada uno
de sus días.
Apadrinada por una compañía que daba su vida,
por la internacionalización de Natalia y de un Padrino musical, que con sus
consejos sus días acompañaba, Natti Natasha, abandonaría el mundo de la
sombras, para comenzar a escribir con nombre propio, una historia en una industria,
donde a mediados del año 2011, su primer single promocional, “Dutty Love”, en
los listados reinaba.
#1 en diversos países de América Latina,
tendencia en los principales listados musicales, portada de los más importantes
medios de comunicación, aquella adolescente que en el pasado, entre carros y
cuartos del hotel transitaba, encontraría un mundo, donde su música, al final
reinaba.
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