A lo largo de la Historia, República
Dominicana, ha sido testigo del nacimiento de nuevas estrellas, aquellas que
han emergido, desde los lugares más remotos, hasta las ciudades más pobladas,
aquellas que han nacido, en diferentes épocas y momentos de la humanidad, aquellas
que han adoptado ritmos tradicionales como la Bachata y el Merengue y otras que
sencillamente se han dejado llevar por la fuerza del genero urbano.
Nacido en un barrio marginado del Cibao,
aquel donde la delincuencia, los vicios y la perdición estaba a la vuelta de la
esquina, Carlos José Abreu o mejor conocido como Jay Menez, batallaría contra
viento y marea por alejarse de una realidad que parecía estar latente en su
vida.
En medio de un ambiente, donde las
oportunidades de progresar eran tan escasas como inexistentes, aquel adolescente
que durante su juventud, probo suerte en deportes como, el Beisbol y el boxeo, encontraría
en el mundo de la música, la forma de escapar de la pobreza que en su hogar
reinaba.
Inspirado en exponentes urbanos, como Don
Omar, Daddy Yankee, Arcángel, Wisin & Yandel aquel niño que en su cuarto cantaba
las canciones de sus ídolos favoritos, con el tiempo desarrollaría un amor por
el mundo de la música a prueba de balas.
Sería cuestión de tiempo para que Carlos José.
Alcanzara su primera gran oportunidad, aquella que vendría en la figura de Bad
Bunny, aquel exponente al cual tendría la dicha de ser su telonero.
Enfrentado por su familia, desde el primer
momento que manifestó su deseo de convertirse en cantante de música urbana, Jay
Menez encontraría en Arcángel más que un padrino musical, la primera persona en
apostar en su talento pese a poco conocerlo.
Seria precisamente con la Maravilla, con el
que grabaría su primer tema titulado “La Cabaña”, aquel, donde su voz llevaría a
un desconocido novel interprete del anonimato a colaborar, tiempo después con
exponentes de la talla de: Farruko, Myke Towers, Rauw Alejandro, Cazzu, Eladio
Carrion, Miky Woodz, Jon Z, Darell y Lyanno.
Es hoy por hoy, Jay Menez un intérprete que
parece no tener fronteras.
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