miércoles, 10 de marzo de 2021

La Historia detrás de Farina.

 


Colombia, por largas décadas fue un país colmado de violencia, la lucha de carteles llevaría a toda una generación a ser desplazada de sus hogares hacia sitios impensables, a una sociedad les era arrebatara cada de sus libertades, sus sueños, sus proyectos, sus ganas de vivir, sus seres queridos, sus querencias, sus amores, sus ilusiones quedaban tendidos en el suelo, en medio de los más dolorosos recuerdos, sin que nadie pudiera hacer nada, medio de una ráfaga de balas.

En medio de un conflicto armado, aquel que parecía estar lejano a llegar a su fin, en el seno de una familia proveniente de la Isla colonial de Mompox y Talaigua, del departamento de Bolívar, nacería un niña, que con su voz, su esencia, su fuerza, sería la fuente de inspiración para un hogar, donde la esencia de la música colombiana, era el principal elemento de cada mañana.

Bajo el nombre de Farina Pao Paucar Franco llegaría al mundo, una verdadera reina de la música, aquella que desde temprana edad, en medio de la pobreza que se podría sentir en el ambiente, en medio de las necesidades que eran propias de una familia de escasos recursos económicos, comenzaría a desarrollar un talento para el canto que sería apreciado por su Madre, aquella que sería su principal compañera de aventuras y manager.

Encerrada en la intimidad de su cuarto, Farina, haría del espejo de su recamara su primera sala de conciertos, aquellas que en su imaginación tendría el mismo efecto que presentarse en el mítico Madison Square Garden o en el temido Festival de Viña del Mar.

Influenciada por ritmos autóctonos como la cumbia, fandango, Chandé, aquella adolescente de mirada cautivante y de sonrisa envolvente, comenzaría a ver en Alicia Keys, Lauryn Hill, La Mala Rodríguez, la cantante que se quería convertir.

Ilusionada por llevar su voz a otras fronteras, por derrumbar los muros que en la sociedad parecía infranqueables para alguna mujer, Farina experimentaría una primera presentación nada digna de recordar, aquella donde entre el olvido de la letra y las continuas burlas, marcaría un inicio que hoy prefiere no recordar.

Sería cuestión de tiempo, para que aquella adolescente con raíces China, Peruanas, Árabe-Libanes, renaciera de la cenizas, para demostrarle al mundo, a sus detractores, a las personas que se burlaron de ella en su primera presentación, a ella misma, que su destino era la música.

Impulsada por el movimiento de Hip Hop que comenzaba a darse en Colombia, a mediados de los 90, Farina comenzaría a volcar su mirada hacia el mundo de la música americana, aquella donde la improvisación, las letras elocuentes, la habilidad para ritmar serian elementos que incluiría dentro de su repertorio musical.

Su escuela fue la iglesia y su primera interpretación como solista fue una canción religiosa que le dio la seguridad y aprobación de su colegio cuando al terminar todos sus compañeros la aplaudieron. Cuando Farina cumplió sus 14 años comenzó a interesarse por un género poco comercial en Colombia, el Hip Hop y toda la música afroamericana. Conoció por cosas de la vida a un grupo de chocoanos que en ese momento buscaban un tercer integrante para su grupo, el único problema era que necesitaban un rapero y Farina lamentablemente no contaba con este don.

Pero después de varios encuentros e intentos, decidieron que en vez de otro rapero necesitaban una figura femenina en el grupo; un integrante que se encargara de la parte melódica. Farina fue aceptada. Además de cantar, se interesó por aprender un poco del arte de hacer Rap y a medida que pasaba el tiempo notó que podía desenvolverse en ambas cosas. El camino no fue nada fácil, no era común ver a una mujer en un grupo de hip hop y mucho menos haciendo Rap. Farina comenzó a ser criticada por muchos y admirada por otros. Sus rimas eran muy débiles y aun no sonaba con un estilo propio ni con esa fuerza que representa el género urbano. Pero las ganas y el solo intentarlo hacían que sus amigos en vez de burlarse le ayudaran a crecer.

La lucha constante pero las pocas oportunidades y las falsas promesas estaban logrando que Farina decidiera retirarse de la música, los problemas económicos en su hogar cada vez se hacían más grandes y el sueño de darle una mejor vida a toda su familia se desvanecía. Mientras estudiaba, trabajaba para ayudarle a su madre y poco a poco el tiempo era menos para dedicarse a la música. Pero en medio de la desesperación un milagro cambiaría su vida. En el año 2005, mientras miraba la tv; un comercial de un Reality musical hizo que la esperanza y la ilusión volvieran a nacer.

Ilusionada por hacer realidad su sueño, Farina se levantaría muy temprano para hacer una fila, entre un sin número de talentos, sin imaginarse que viviría uno de los momentos más amargos en su vida, al ser despreciada por el jurado.

Abatida por el fracaso, Farina recibiría el apoyo de su Madre, la cual la impulsaría a concursar de nuevo y contra todo pronóstico, sus ganas de triunfar la harían ser seleccionada entre millones de jóvenes.

Desde ese instante, esa joven colombiana con raíces libanesas, comenzaría a escribir una historia digna de un cuento de hadas, su deseo por transcender la llevaría avanzar a pasos agigantados en el programa, que pese a no ganar se convertirá en una de las concursantes más queridas entre el público colombiano.

Sería precisamente el programa de talentos que llevaría a una talentosa soñadora, a comenzar a ser reconocida dentro de su país, aquel, que a mediados del año 2005, se estrenaría en las emisoras de radio, al colaborar con el iganador de la primera temporada de Factor X, Julio Cesar Meza, en el tema que llevaría por nombre “Solo con palabras”, parte del contenido musical de la telenovela trasmitida por el Canal RCN, “Juego de Palabras”.

Con un morral de sueños sobre su espalda, aquella adolescente que gala tras gala cautivaría con su voz, el corazón de millones de colombianos, en todo el mundo, lanzaría a mediados del 25 de Septiembre de 2006, su primer trabajo discográfico, aquel que bajo el nombre de “Yo soy Farina”, se presentaba ante el publico, en su faceta como cantautora.

Producido por los reconocidos músicos DJ Buxxi, Jiggy Drama, Billy Francis y Jack Style, Farina, en poco más de 10 temas, daría muestra del talento que se albergaba en sus cuerdas vocales, aquellas donde entre temas románticos y tonadas provenientes del genero americano, haría gala en una producción que marcaría el punto de inicio, hacia una carrera llena de múltiples facetas y sabores.

A pesar de su temprano éxito a nivel local, la carrera de Farina parecía transitar una doble vía, donde su amor por la música y sus propuestas en el mundo de la actuación, la llevaría a estar por momentos, involucrada en múltiples proyectos, aquellos donde su talento parecía no desaparecer.

Como actriz, participaría en la telenovela colombiana producida por Teleset para RCN Televisión, “Tres Milagros”, donde interpretaría a Milagros Cruz "Nikita", una de las tres hermana protagonistas de esta impactante historia, papel que la llevaría a estar nominada como “Mejor actriz colombiana” y “Revelación del año” en los Premios TV y Novelas

A pesar de ser catalogada por los medios de su país, como una de las actrices jóvenes de mayor proyección en la gran pantalla,  su amor por el mundo de la música, la llevaría a regresar a los escenarios, aquellos que al ritmo de su segunda producción discográfica “Del Amor al Odio”, la llevaría alcanzar la tan anhelada internacionalización y con ello atraer las miradas de los ejecutivos musicales, mas importantes en la industria.

Seria precisamente el cantautor Romeo Santos quien para a mediados del año 2016, fungía como representante de la compañía Roc Nation del rapero americano,  Jay Z, quien le brindaría su primera gran oportunidad internacionalización, aquella que la llevaría a convertirse en la primera exponente urbana, en la historia de su país, en ser firmada por una compañía americana, a partir de ese momento, lo que parecía un sueño lejano, era toda una realidad.  

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